6 de enero, 2020
Carta a mi hija:
Querida inicia, inicia un nuevo año y en este día de la Epifanía del Señor donde tantas veces te vi despertar con ojos llenos de ilusión para buscar por toda la casa los regalos que los Reyes Magos te trajeron y traviesamente te escondieron en los rincones de nuestro hogar, quiero hablarte un poco sobre el regalo de la vida.
En estos años de tu adolescencia es cuando explotarán las ganas de vivir, pero hija mía, quisiera que no confundas el vivir la vida al máximo con desenfreno.
Vivir es lograr manifestar la grandeza de tu alma para amar sin negociar tu dignidad, valores y esencia. Vivir es comprender al amigo y más aún al enemigo ante la adversidad y tener la capacidad de regocijarme ante sus triunfos y realización. Nunca caigas en la trampa de la envidia queriendo atropellar a otros por que su luz brilla y deslumbra. Créeme hija mía, tienes luz propia que se te fue dada al soplar tu vida en mi vientre, esa resplandecerá en la medida que alimentes tu alma y tu mente. Nunca tu luz podrá brillar si te empeñas en apagar la de otros.
Vivir es acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad y su torpeza resultado de sus manos y piernas agotadas de tanto andar, luchar y existir para ti. Te pido que nunca olvides a tus abuelos y todas las generaciones que te anteceden. Ellos plantaron, sufrieron, emigraron, se sacrificaron, lucharon, edificaron, callaron, gritaron, escaparon de guerras, enfermaron, vivieron tragedias y fueron pioneros en tantas extraordinarias áreas pasando de generación a generación tantos dones y talentos que cargas en tu sangre. Tus ancestros son músicos, artistas, eruditos, guerreros, maestros, artesanos, científicos, creyentes y seguidores de Cristo, ingenieros, educadores, mujeres y hombres sencillos y a vez extraordinarios que siempre caminaron con la frente en alto pues su lema de vida era el honor. Ellos son y están en cada célula de tu ser. Tu eres ellos, su historia y a la vez eres tu misma, tu propia y auténtica versión. Así que jamas permitas que nadie atente contra ti con palabras denigrantes. Que nadie ni nada, ni ninguna ideología ponga en duda tu valía, quien eres y de donde vienes. Eres quien elijes ser. Tienes ese poder en tus manos, ¡hónralo!
Vivir es sentir la presencia del otro, es besar con amor a quien nos ama, es deleitarse con la aroma del amado, es amar intensamente a través de una caricia, de una plegaria, es escuchar en silencio la palabra del otro, es perdonar una ofensa. Vivir es saber amar con respeto, transparencia, sin juegos mentales ni agendas ocultas. Es saber elegir al compañero de vida, que magnificará la felicidad que llevas dentro, que hará de tus días cargados unos más ligeros. Tu fuiste creada con amor, donde la carne se unió y el milagro se hizo susurrando tu nombre. Jamás aceptes maltrato, indiferencia, miradas que te hagan sentir incómoda, insultos, aislamiento como moneda emocional para ganarte el corazón de un hombre. El corazón de un hombre no se gana, se abraza cuando el otro es capaz de verte por quien eres y te abre su ser con valentía de querer que lo acompañes en la vida desde la sanidad y el respeto. El amor por un hombre jamás puede ser una competencia, un trofeo que obtener o un juego que sostener. El corazón de un hombre es un gran tesoro para descubrir y valorar. Nunca olvides esto hija mía.
Vivir es aprender más cada día, es gozar los momentos bellos y desafiarte a ti misma ante las adversidades. Vivir es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser. Es servir a los demás y entender que cada minuto que transcurre no volverá. Por eso hija mía, te insto a que vibres en cada instante, ante la emoción de percibir la maravilla de la creación de Dios que nos rodea. Porque la magia y los regalos de los Santos Reyes Magos no se ocultan para ser buscados solamente un 6 de enero. La magia de la vida y los regalos que Dios te otorgan están a tu alrededor cada día, Despierta hija mía de esta vida tan mecanizada y sal a la vida buscando esos tesoros como cuando eras una niñita. Todo lo que necesitas ya lo posees. Anda, ve a la conquista de tu propia vida sin miedo que yo, tu mami y todos tus ancestros están aquí hoy y siempre para respaldarte y acompañarte junto a la Divina Providencia de nuestro Padre.
Feliz año Tununa,
con amor
Mamá